miércoles, 24 de junio de 2009

AUTOPSIA

Autopsia o examen postmorte consiste en abrir un cadáver
mediante la incisión craneal, toráxico y abdominal para
determinar si las causas directas e indirectas del deceso tras
analizar órganos y sistemas.

Existen dos tipos de autopsias: clinica, que se refiere al
estudio anatómico del cadáver y la autopsia judicial o
médico-legal, cuyo procedimiento permite dilusidar las
circunstancias en las que se produce la muerte haya sido
violenta, accidental o suicida o simplemente sospechosa.

También se utiliza el modo judicial para un crimen como
homicidio o en los casos en la que se encaresca de un certificado
de defunción o bien se busque entablar una responsabilidad
médica por lo que constituye una pieza del gran rompecabezas
que conforma la ciencia forense.

En la investigación pericial sirve para saber si los restos
cadavéricos u osamentas se tratan de humanos o animales
y conocer edad, sexo, talla, causas de deceso y los objetos
que le dieron muerte.

Los procedimientos para las autopsias con fines clínicos
se han ido perfeccionando, aunque en un principio se
les consideraba un grave atentado a la dignidad humana,
por lo que fue necesario romper con prejucios que censuraban
explorar cadáveres humanos.

Los manuscritos médicos de los siglos 4 y 5 de la India y
Japón señalan la práctica de disecciones en muertos; en
China, en el siglo 11 antes de Cristo, el líder de la dinastína
Yin ordenó abrir el torax de uno de sus ministros para
comprobar la existencía de 7 orificios en el corazón que
solo tenían los hombres superiores.

CRIMINOLOGÍA FORENSE

La criminología forense aplica los métodos científicos
a los procesos de la materia que se involucran en un crimen.
Para ello utiliza muchas ramas de la ciencia con el objetivo
de encontrar al culpable y llevarlo ante la ley. Las principales
áreas de la criminología forense son la antropología,
la entomología, la química, la biología, la odontología y
la psicología. Conozcamos cada una de ellas. La antropología
estudia los huesos dejados en la escena del crimen con la
finalidad de identificar a la persona, su edad, su sexo, raza y
averiguar la causa de su muerte e interviene cuando la policía
encuentra un cadáver que no puede identificar. El antropólogo
toma los restos, los limpia y estudia cada milímetro. Así puede
estudiar las marcas en ellos y saber, por ejemplo, si la persona
fue asesinada usando un cuchillo o una sierra. Cada herramienta
deja una marca diferente. Así mismo, también pueden reconstruir
el rostro de alguien a partir de su cráneo y hasta saber cuántos
días lleva en ese estado dependiendo del color de los huesos.

Los insectos son fundamentales en la criminología pues
tienen patrones muy específicos de aparición en los cadáveres
y la entomología forense es la que se encarga de ellos.
Donde hay un cadáver aparecen insectos y generalmente
lo hacen en un orden bastante preciso que indica el tiempo
transcurrido desde el fallecimiento. Gracias a ellos también
se puede determinar la época del año en que ocurrió la
muerte y hasta verificar que el cadáver falleció en el lugar
donde fue hallado o si fue trasladado hasta ahí. Se sabe que
cada estado de la putrefacción atrae a una especie de insecto.
Primero llegan las especies necrófagas, las que se alimentan
del cuerpo; después las predadoras, que se alimentan de los
necrófagos; luego llegan las omnívoras, como avispas y hormigas
que se comen tanto el cuerpo como los otros animales.
Finalmente las especies accidentales, como arañas y ciempiés
que utilizan los restos como su hogar.