hechos sobrenaturales, monstruos y apariciones
todo eso forma parte de los relatos más antiguos
de nuestro continente, donde las tradiciones de
los habitantes originales se mezclaron con las de
los conquistadores para crear una tradición tan
rica como aterradora.
En Argentina, por ejemplo, se cuenta la historia
de una indígena llamada Anahí que vivía en la
selva del Paraná y que fue capturada por los
españoles junto a todo su pueblo; poco tiempo
después escapó pero fue alcanzada por los
conquistadores, quienes la quemaron viva.
Al día siguiente, se dice, su cuerpo se
convirtió en un árbol y sus lamentos se escuchan
por toda la selva.
Siguiendo en Sudamérica, llegamos a Perú,
donde la ciudad de Puno se une con el lago
Titicaca, en este lugar se levata una de las
construcciones más temidas por los habitantes
del sitio, la antigua casa del conde de Lemos.
El conde de Lemos y rey de Perú, fue un hombre
despota y cruel cuya ambición lo convirtió en un
peligro para todo aquel que se cruzara en su camino
como le sucedió a los hermanos José y Gaspar
Salcedo. Ellos descubrieron en 1657 las minas de
de oro de Layacacota, pronto se convirtieron en
personas muy acaudaladas lo que propició la
envidia del conde quien envió a sus ejercitos
para capturarlos. Entonces los Salcedo y sus familias
se encerraron en las minas.
El conde no tuvo piedad con nadie. Las primeras
en salir del encierro fueron las mujeres para pedir
algo de comida y anunciar la rendición; los soldados
las mataron frente a sus maridos sin decir palabra
alguna.
Después de la barbarie, el conde quemó a los sobrevivientes
dentro de la mina; esta falta de misericordia, se dice, se
extendió al conde después de la muerte y su espiritu ronda
a la que fue su casa, lugar donde muchas personas han
tratado de pasar la noche sin conseguirlo.
FUENTE: DIFICIL DE CREER
